Conceptos de la psicología social

La psicología social, tradicionalmente influenciada por modelos eurocéntricos, debe repensarse desde una mirada crítica y situada. Enrique Dussel cuestiona la idea de modernidad como sinónimo de progreso, proponiendo que su verdadero inicio fue en 1492 con la colonización de América, evento que impuso una lógica de dominación y definió a los pueblos originarios como inferiores. Esta visión fue heredada por la psicología social, la cual adoptó teorías alejadas de la realidad latinoamericana y centradas en el individualismo.

Autores como Aníbal Quijano y el mismo Dussel hablan de la colonialidad como una forma persistente de control que afecta el conocimiento, el poder y la identidad. Ignacio Martín-Baró denunció cómo la psicología tradicional reforzaba el sistema dominante al patologizar las problemáticas sociales y despolitizar el sufrimiento colectivo. Por ello, propuso una Psicología de la Liberación al servicio de los oprimidos y comprometida con la transformación social.

Conceptos como la otredad y la alteridad adquieren relevancia en este marco. Dussel, influido por Levinas, promueve una ética del reconocimiento del otro como sujeto, mientras que Paulo Freire defiende una pedagogía basada en el diálogo genuino y horizontal, donde educar significa construir conocimientos de forma conjunta. Esta perspectiva exige que la psicología social abandone su postura autoritaria y se convierta en una práctica transformadora y participativa.

Aunque la posmodernidad critica a la modernidad, sigue anclada en un pensamiento occidental. Por eso, Dussel propone la transmodernidad como una superación ética y política que reconoce las voces excluidas y fomenta un diálogo entre saberes diversos.

La decolonialidad, en este sentido, se presenta como una estrategia para liberar la psicología social de sus raíces coloniales. Tanto Freire como Martín-Baró consideran que educar y hacer psicología son actos políticos. Por eso, decolonizar esta disciplina significa valorar los saberes populares, visibilizar a los silenciados y construir una psicología crítica, contextualizada y comprometida con la justicia social.

Autores como Dussel, Freire y Martín-Baró invitan a cuestionar profundamente el sentido de la psicología social: su origen, su destinatario y su propósito. Solo así podrá dejar de reproducir estructuras de poder y convertirse en un verdadero instrumento de emancipación.




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